En el momento

en que ya es casi demasiado tarde, digamos, te das cuenta de por que vas a amar a tus nietos con locura, y por que vas a preferir que te torturen antes que no te los dejen ver.

Es cuando entendes que nunca nos conocemos del todo, por mas que el sujeto a quien decis conocer a fondo haya salido de tus entrañas.No, nunca los conoces del todo, porque tampoco vos te conoces del todo.

Y es tambien cuando tomas conciencia de cuantas cosas, voluntaria y -mas aún- involuntariamente causaron en ellos las mismas heridas de amor que tus padres causaron en vos.Y tu humana soberbia, tu vana declaración de principios, no te sirvan de nada.Decidiste no repetir, para dar la vuelta Hegeliana al asunto, y acabar en la repetición opuesta.Ellos eran fachos; vos progre; ellos usaron la violencia; vos no, ellos creian que habia que poner cierta distancia, vos creiste que era mejor mostrarse a carne viva.

Pero alguna vez necesitaron algo mas firme que una rama de sauce, y vos miraste para otro lado, o te pusiste a lloriquear, y acabaron protegiendote.Hiciste a tu antojo tu sagrada voluntad, y ellos soportaron en silencio porque les dijiste que era lo mejor.Y se cumpliò la vuelta Hegeliana, vos terminas siendo ese Otro tan temido, con otro color de vestido.

Y está el hecho de no entender, por qué me sentia Maggie Simpson en medio de esta hecatombe, porque no congeniaba, no simpatizaba, nada, por qué deseaba vivir en Parque Luro y no en Malvinas, y que mi madre fuese ella, mi tìa.Aparece ahora, que él desea vivir en el semi de tu hermana en Caballito, y no e n tu taller casa hippi de La Paternal, y se consume de rabia al ver que la guita sigue sin alcanzar.

Las heridas de amor que te causaron, las que vos causaste, las que ellos, sangrando, inflingen a tu cuerpo con esa simple y abrumadora inconsciencia.