Ya sabeis los poquisimos que me visitan cómo considero al vicio urbano en tanto vicio, por consiguiente retorica de retòricas, ya ésta sin espiral dialectica posible.Repetición ad infinitum, podría ejemplificarse como una intervención de obra, por ejemplo, o un bucólico Warhol llevado al máximo hastío.Ergo, vicio urbano, equivale entonces a arte sin aura.
En este caso el autor al que voy a hacer referencia pareciera ser un deslumbrado estudiante quien, maravillado por Babilonia,se dedica, merced a la inspiración que sus Grandes Maestros le insuflan (Pergollini, Pettinato, Tinelli, por mencionar alguna tríada celestial) a lo que el cree, es un blog de humor. Sólo que supongo que, en realidad es un solitario treintañero que ha descubierto en la red la capacidad de ejercer un alter ego magistral, ademas de evacuar frustraciones como falta de genialidad y frustración por la carrera que no hizo. El mencionado estudiante-no-estudiante hace una exacerebacion de la crueldad en todas sus formas posibles, con aciertos que son, por cierto muy graciosos; particularmente muy fuerte el retrato de un repositor. Por sus paginas pasan escenas de homicidios grotescos -todos, obviamente, protagonizados por gordas, no gordos, sino gordas, sumando al vicio nazi-intolerante el de la misoginia (Oh, mon dieu, très parfait!!!.)La razon por la cual su fantasía los llevaría a cabo es simplemente la idiotez general del vicio urbano. Concluimos entonces, que el hastío del autor por el malestar de la repetición y de un mundo -una ciudad- sin genialidades, una ciudad llena de simples seres humanos que ademas, son argentinos, lo lleva a disparar a diestra y siniestra contra todo y todos, llegando a ser tan fastidioso como Baby Etchecopar en su tan mediocre papel de provocador.Felicidades al que lo lea.
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