cuando el mecenas entró a mi casa, mi guarida, y me toco con su varita.
Y yo acepte, y por mil rupias le vendí gustosamente el alma.
Ahora ando por las calles con mis jeans raídos sucios de pintura, y camino como un nuevo comerciante.
No saliendo aun del estupor, no sabiendo en que voy a convertirme, si es que me convertiré en algo.
Y con el miedo en el costado izquierdo, sin tener claro si es miedo o vértigo.
Pero estoy de acuerdo con esto, esto quería, esto es lo que deseo.
Sera quien sabe, como esas películas yanquis donde te pasan en feed todo el proceso lindo del cuento de hadas.
Y sí, yo quiero aterrizar en Nueva York, antes de que venga el fin del mundo.
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