El pibe salia a la puerta a variarse con su camiseta de Argentinos, y la veia pasar, rapida, indiferente.En algun momento comenzo a salir a la misma hora, hasta que un dia se encontro pidiendole a algun Alguien que se detenga, que sea para el.Ella era una pendeja linda, de pelo rojizo, remera de los redondos y topper blancas.El pelo, pensaba èl , le caia sobre los hombros, largo y enrulado, brillaba al sol ese pelo y los vaqueros con la lengua stone simplemente le hicieron replantearse si no valia la pena intentar aunque sea un saludo.Era linda , la pendeja.Linda de verdad.Averiguó.Supo que se llamaba Mariana, que vivia a la vueltita, que tenia un hermano mas chico y que su mama era una hipona que estaba juntada con un pelado que hasta hacia unos años era uno de los veteranos que paraban en la cancha.Supo que salia con un pancho mediocre que pretendia ser jugador de futbol y que alardeaba de su pelito lacio como un pelotudo.Y se juro que como sea, Mariana seria para él.Paso el tiempo y un dia la pendeja se detuvo a charlar.Le dijo a su mama que habia conocido a un vecinito, y la mama se agarro la cabeza otra vez, pero nada pudo evitar que Mariana y Mauro construyeran uno de los tantos amores de barrio.Paraban todos juntos en un frente de Margariños y Bolivia, que le decian la covacha.Alguna vez grafitearon los nombres de todos, y se sacaron fotos de sus zapatillas todas juntas, comoen un pacto de amistad eterna.Entre pitos y flautas, la vida les paso un poco por encima.Conocieron los excesos, y entre esos trascurrires, un incendio feroz y absurdo se llevo la vida de varios pibitos del barrio.Nada volvio a ser lo mismo, y tal vez la inocencia se les escapara mas rapido que antes.Ella se canso de dormir en sillones, como dice la cancion, y perdia su alegria con un rasta neurotico.El se estrolo con el auto del viejo y tuvo que plantar bandera antes de que lo planten a él.
Se encontraron hace algun tiempo en un playa serena, baqueteados como dos gatos despues de una pelea.Pero las ganas de vivir les siguen brillando en los ojos, y, como los nenes, volvieron a jugar su juego de Topper blancas, solo que cambiaron de covacha.Un dale que nos encontrabamos y probabamos de vuelta.El otro dia les dieron la llave de un departamento minusculo, lleno de sol.Se abrazan en silencio en el balcon.Un babero de argentinos y un equipito talle 0 de Alva sobre la mesa del pequeño living.
Mariana, te amo tanto, toda la felicidad para vos.(la hipona)
